China, el partido y el gobierno
Por Obed Pichardo, director de contenidos del Cendoesch
La agenda de los partidos políticos debe sustentarse sobre la base de las necesidades materiales de la nación a la que pertenecen, aplicando siempre aquello de que la política es el arte de lo posible, procurando conseguir, con este arte, desde la administración del Estado, enfrentar con responsabilidad meridiana los desafíos que sus gobernados les ponen por delante.
Tras la asunción al poder del Partido Comunista Chino, en el año 1949, la nación asiática inició un proceso de transición, pasando de un sistema de gobierno oligárquico a un gobierno eminentemente popular que transfirió la soberanía al pueblo.
Desde entonces, China, a pesar de sus detractores, que la señalan como una nación con un gobierno autoritario y dictatorial, ha venido demostrando su capacidad de crecimiento, mejorando de manera significativa y a la luz del mundo, la calidad de vida de los chinos, sacando a casi 800 millones de ciudadanos de la pobreza absoluta, según informe conjunto entre ese país y el Banco Mundial, convirtiendo a esa nación rural, en una superpotencia mundial y la segunda potencia económica más poderosa del planeta en tan solo 3 décadas.
Pero, ¿Qué papel ha jugado el partido de gobierno? Pues el PCCh, ha demostrado desde su génesis en el año 1921, que las organizaciones políticas, constituyen un medio para alcanzar el poder y, desde allí, generar las transformaciones necesarias para llevar a las naciones al desarrollo que exigen los tiempos para beneficio de los pueblos. El rol del PCCh en la administración del gobierno, no se redujo a solo ser una organización política con el fin de llevar a un hombre al poder, sino que, la institución ha seguido con su papel de responsabilidad política y social, por lo que, la dinámica del partido consiste en discutir dentro de sus organismos, las decisiones y acciones del gobierno, su impacto económico y todo lo que de allí pudiera derivarse.
El éxito de los gobiernos dirigidos por el Partido Comunista, está fundamentado en la formación de su militancia, quienes, primero, para ingresar a las filas del partido, lo deben hacer mediante un escrito de presentación, carta que de ser aceptada, obligará al solicitante a agotar un proceso de varios años en el que estudia la ideología del partido, finalizando con la presentación de una tesis, además de ser sometido al auscultamiento de su vida personal, esto, con el fin de garantizar el ingreso de individuos comprometidos con la causa, que tiene como norte hacer de China un país próspero.
El PCCh, compuesto por un Comité Central de 204 titulares e igual número de suplentes y un buró político o politburó de 9 integrantes, incluido un secretario general, elegido por el Comité Central; ha mantenido la conexión estrecha con las localidades y provincias del país asiático, con lo que se persigue obtener resultados positivos reales que redunden en una sustancial mejoría en su desarrollo. Los miembros de esa organización destinados a ocupar cargos en el gobierno, son elegidos sobre la base del pensamiento confucianista, sustentado en la meritocracia, Confucio afirmaba que “un gobernante debía cumplir cinco virtudes: benevolencia, rectitud, decoro, sabiduría y responsabilidad”, postulado que ha guiado al partido en sus actuaciones y que ha llevado al país de Deng Xiaoping, precursor de las políticas de apertura económica de China al exterior, a ser una nación de solida institucionalidad y firme poder económico.
Xi Jinping, quien desde el 2012 ostenta el cargo de secretario general, el único que ha logrado esta hazaña de tres periodos consecutivos, después del líder comunista Mao Zedong y miembro del politburó y Comité Permanente del Partido Comunista Chino, es también el presidente y líder de la nación asiática desde el 2013, quien con rectitud, tolerancia cero a la corrupción y apego a la mística y principios partidarios, ha seguido encaminando a la tierra de las Pagodas, hacia un futuro más promisorio con el respaldo irrestricto de su partido que tiene como líneas de orientación: “el socialismo y la dictadura democrática.” Lo que indica que el PCCh, con más de 90 millones de militantes, ha conseguido comprender e interpretar la cambiante sociedad que gobierna y mediante sus líderes, ha concretizado y fortalecido su crecimiento, independencia económica y su soberanía frente al ámbito extranjero.
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