Donald Trump contra los estudiantes chinos

Por: Obed Pichardo.
Director de contenidos del CENDOESCH, Centro Dominicano de Estudios Sobre China.




«La educación es el otro nombre de la libertad, quien no se educa, no puede ser un ciudadano libre». Frase acuñada por un mandatario dominicano con el fin de motivar a los jóvenes a integrarse de manera denodada e incansable al proceso de formación integral que toda nación necesita para alcanzar el desarrollo social y económico que satisfagan las necesidades materiales individuales y colectivas anheladas por los pueblos.

Los avances científicos, tecnológicos y económicos de los países, están estrechamente vinculados a la profesionalización y tecnificación de los individuos que los conforman, sea bajo la sombrilla de un sistema educativo interno, como también con la complementación de un esquema mixto que comprenda acuerdos de cooperación con otras naciones más avanzadas y la asignación de presupuestos que impacten de manera positiva a todo el engranaje educativo.

En 1979, en China se inició un proceso de edificación de una nación libre, cimentada sobre la base estratégica de construcción y enriquecimiento del conocimiento, diseñando esquemas que impulsaron a los líderes de la nación asiática, a abrirse al mundo, recibiendo inversiones extranjeras, mientras se enviaban jóvenes estudiantes desde Pekín y otras regiones del país de Mao, hacia las universidades más prestigiosas de los EE. UU. y occidente.

La iniciativa de enviar estudiantes chinos a recibir formación académica avanzada en las universidades del coloso del norte, recibió algunas reacciones contrarias que aseguraban que los chino no regresarían, a lo que Deng Xiao Ping, presidente de entonces, con gran sabiduría y visión futurista afirmó: “Si de los que enviemos a estudiar a los Estados Unidos, regresa solo un 10%, ya vamos ganando”, palabras que se convirtieron en proféticas, puesto que los estudiantes que regresaron contribuyeron a impulsar el desarrollo sostenido del gigante asiático, consiguiendo, con el paso de los años, la matriculación de ciudadanos en las universidades locales, que fueron alcanzando prestigio internacional, como la Universidad de Pekín y la Universidad de Tsinghua, esta última destacándose en materia de ciencias e ingeniería, siendo ambas, las principales en el país en educación superior e investigación.

China se propuso convertir la educación en uno de los principales pilares para su desarrollo económico, los resultados son palpables, puesto que la preparación en disciplinas STEM han empujado al país de la bandera roja, a convertirse en la nación con más patentes registradas por año, aunque esto no solo se debe a los estudiantes preparados en los centros de altos estudios chinos, sino que, los ciudadanos orientales que se formaron en estudios superiores en los EE.UU. han contribuido a la investigación y desarrollo que han llevado a China a ser la fábrica del mundo y la principal potencia en el registro de propiedad intelectual.

En los últimos días, siguiendo con lo que muchos han denominado como la estrategia del desorden, el presidente Trump, no solo ha continuado con sus amenazas arancelarias, sino que también ha instaurado, en su obsesión por detener a China, otra embestida revocando “de manera agresiva” las visas de estudiantes chinos que pertenezcan de alguna manera al Partido Comunista Chino o que estudien en áreas cruciales, atacando con esto la cooperación en educación y los intercambios académicos entre ambas naciones, como aseguró China. En consecuencia, Washington la emprendió contra Harvard, una de las universidades privadas más importantes de los EE.UU. y una de las más prestigiosas del mundo, a la que amenazó con retirarle los fondos federales y le prohibió matricular estudiantes extranjeros.

Pero, ¿Cuál es la motivación de estas últimas medidas en contra de la educación a los chinos?
Para responder, quiero dejar como colofón, un fragmento de un trabajo de investigación realizado por la economista Mercedes Carrasco, dicho trabajo revela cifras que pudieran ser preocupantes para la Casa Blanca, cito: “–China está superando ampliamente a Estados Unidos en la formación de talentos en áreas clave para la innovación. Cada año, sus universidades gradúan aproximadamente 3.6 millones de estudiantes en disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), mientras que EE.UU. solo gradúa 580 mil, de los cuales, unos 200 mil son estudiantes chinos.-«

“- El año pasado, China presentó alrededor de 1.6 millones de solicitudes de patentes, de las cuales entre 600 mil y 700 mil fueron aprobadas. En contraste, Estados Unidos solo registró unas 300 mil.-¨

Comentarios

Entradas populares