Por Obed Pichardo
El calentamiento global generado
por el efecto invernadero, es un fenómeno natural que atrapa las radiaciones
del Sol y opera como una especie de filtro en la atmósfera, este proceso
necesario permite mantener la temperatura adecuada del planeta y es lo que lo
hace ser habitable.
Los avances científicos y
tecnológicos, pese a sus bondades y beneficios globales para el desarrollo de
nuevos y modernos medios de producción orientados a facilitar la vida de los
seres humanos con la industrialización y masificación de los productos de
consumo, también han ido afectando de manera negativa la flora, fauna y
ecosistemas de nuestro planeta, arrojando resultados perniciosos como el
calentamiento global excesivo producido por los gases que expulsan las
industrias y motores a combustión.
Ahora bien, el exceso de gases de
efecto invernadero que ha ido alterando el clima del planeta azul, ya pasó de
ser un fenómeno natural a uno con características humanas en donde interviene
de manera directa el desarrollo de la ciencia y la tecnología, conocido también
como el cambio climático, donde los efectos del mismo constituyen una
preocupación global, puesto que sus efectos como la deforestación, el aumento
en las temperaturas, sequías, desertificación ( según Naciones Unidas, la
desertificación se ha acelerado en todo el mundo durante años, totalizando un
tercio en perdida de tierras cultivables), el derretimiento de los glaciares,
huracanes más intensos, tormentas de arena que llegan incluso a lugares donde
nunca antes llegaban, son desastrosos para toda forma de vida en el planeta.
Frente a esto, la Organización
Mundial de las Naciones Unidas (ONU), conformada, hasta el año 2024, por 193
países miembros, creó la Convención Marco de Naciones Unidas sobre
el Cambio Climático (CMNUCC), que dio como resultado, el primer acuerdo
internacional orientado a enfrentar el calentamiento global y el cambio
climático, firmado en el 1992 y puesto en marcha dos en el año 1994.
Para el año 1997 se redacta y
rubrica un acuerdo complementario al CMNUCC, a fin de establecer objetivos y
metas imperativas y vinculantes para los países industrializados,
comprometiéndose estos a reducir los gases con efecto invernadero en un tiempo determinado
dividido en dos períodos, el primero para ser ejecutado a partir del 2008 a
2012, y el segundo período de 2013 a 2020. Aunque este protocolo, revestido de
gran importancia para el planeta, pese a que fue firmado por EE. UU., no fue
ratificado por este, mientras que Canadá se retiró en el año 2012, no
participando en el segundo período, en tanto que Rusia, Japón y Nueva Zelanda,
no asumieron los nuevos compromisos del segundo periodo.
Otro tratado jurídicamente
vinculante se suscribió en Francia, en el año 2015, denominado Acuerdo de París,
este acuerdo, a diferencia del que le precedió, no solo involucra a países
desarrollados o industrializados, sino que, dentro del mismo se enmarcan todos
los países indistintamente de su nivel de desarrollo, buscando reducir el
sobrecalentamiento global a los niveles preindustriales.
De acuerdo a informaciones
vertidas por la página web “Periodistas Ambientales”, además de los tres
tratados principales precitados, también se produjeron otros más como:
·
Acuerdos de Cancún (2010)
·
Enmienda de Doha (2012)
·
Objetivos del Desarrollo Sostenible (2015)
·
Enmienda de Kigali (2016), entro en vigor en el
2019
·
Acuerdo por el Sector de Aviación (2016)
·
Acuerdo por el Sector Marítimo (2018)
Mientras esto ocurría en Naciones Unidas, en el continente asiático, China, el cuarto país más extenso del mundo, con una superficie de 9,597 millones km² y que es hasta ahora la nación más poderosa del globo en términos de Paridad de Poder Adquisitivo PPA y la segunda en PIB nominal, con 1,416,096,094 habitantes, representando el 17.20% de la población mundial, comenzó a adentrase, en el año 1978, en el diseño de un esquema de desertificación, que ocupa el 27.4% de su superficie, debido a esto es uno de los países más afectados por este fenómeno, el proyecto se constituye en el más grande y ambicioso del mundo, denominado “La Gran Muralla Verde” o “Cinturón de Protección de los Tres Nortes” con proyección al 2050.
La Gran Muralla Verde/China
Los resultados estadísticos
arrojados al 2017, indican que las áreas forestales han aumentado en 158,051 kilómetro
cuadrados y el número de árboles plantados asciende a 66,000 de la especie
Enterolobium cyclocarpum, entre otras de fácil adaptación a estos terrenos
áridos, según estudio publicado en la revista Ecological Process, por
científicos del Instituto de Ecología Aplicada de la Academia China de Ciencias.
Según los investigadores, las emisiones industriales de CO2 en el gigante
asiático se han reducido en 5%, desde la implementación del proyecto de
forestación en 1978 al 2017 (Artículo de National Geographic 02-01-2025).
La sostenibilidad de este
ambicioso plan de reforestación requiere de grandes esfuerzos, por ello, a
medida en que la tecnología avanza, la implementación de métodos de
automatización se hacen cada vez más frecuentes. En el caso del proceso de
siembra de árboles, China se ha aferrado al uso del sistema de siembra con
drones especializados al efecto, con el fin de abarcar grandes porciones de
tierra. Según afirmaciones de He Pengfei, quien es el director del Proyecto de
Control Fotovoltaico del Desierto, “Las semillas tienen un mayor índice de
supervivencia cuando se plantan de este modo (disparadas por drones), en
comparación con la siembra manual".
Imágenes de siembra manual de árboles en zonas desérticas de
China.
En otras declaraciones recogidas
por el medio digital español “Información”, el 13-10-2024, el subdirector del
Departamento de Protección y Restauración Ecológica de la Administración
Nacional de Bosques y Praderas, Yan Jian, declaró: "Hemos desplegado 35
proyectos clave en 328 distritos administrativos del condado de las tres
regiones incluidos en los planes de control de la desertificación, y hemos
planificado y desplegado 33 proyectos en zonas próximas a las tres regiones.
Hasta ahora, las labores de control del desierto han comenzado sin problemas en
las tres regiones".
Los planes de reforestación de China, obedecen a la lucha contra el cambio climático y el Acuerdo de París, en donde China y la Unión Europea se han comprometido a mostrar liderazgo en la acción por el clima. En una declaración conjunta publicada en el sitio web de la Comisión Europea, en el año 2020, Han Zheng, viceprimer ministro chino, declaró: “China se esfuerza por alcanzar el pico de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y lograr la neutralidad en carbono antes de 2060. Para lograr este objetivo, China está formulando políticas adecuadas (el sistema de políticas "1+N") “1= políticas nacionales” “N= políticas sectoriales”, que se publicará pronto para garantizar el logro de los objetivos máximos y de neutralidad. China controlará estrictamente los proyectos de generación de energía a carbón, y limitará estrictamente el aumento en el consumo de carbón durante el período del 14° Plan Quinquenal y lo reducirá gradualmente en el período del 15° Plan Quinquenal. China intensificará el apoyo a otros países en desarrollo en el desarrollo de energía verde e hipocarbónica, y no construirá nuevos proyectos de energía a carbón en el extranjero”.
GRAFICO SOBRE EL
FORESTACION EN TERMINOS PORCENTUALES, PERIODO 1949-2018
Fuente / CGTN
El ambicioso plan forestal del gobierno chino, según documentos
oficiales, se fundamenta en cinco pilares para su desarrollo:
1.
Plan
Nacional de Forestación y Reverdecimiento (2016-2020).
2.
Plan
Nacional de Gestión Forestal (2016-2050).
3.
Plan de
Acción para el Cambio Climático en la Silvicultura en el XIII Plan Quinquenal.
4.
Plan de
Acción para la Silvicultura para Adaptarse al Cambio
Climático (2016-2020).
5.
XIV Plan
Quinquenal para la Protección y el Desarrollo de los Bosques y los Pastizales
(2021-2025).
Para el cumplimiento de estos 5 pilares, la 7° Reunión del Comité
Permanente de la VI Asamblea Popular Nacional del 2020, adopto la “Ley General
Forestal de la República Popular China”,
dicho marco jurídico en términos generales establece: “Articulo 1. Esta Ley se promulga con el
propósito de implementar el ideal de que las aguas cristalinas y las montañas
exuberantes son activos invaluables, proteger, cultivar y utilizar
racionalmente los recursos forestales, acelerar la reverdecimiento de la
tierra, salvaguardar la seguridad ecológica de los bosques, construir una
civilización ecológica y lograr la coexistencia armoniosa del ser humano y la
naturaleza”. Esta medida y la de elaboración de un marco institucional,
confirman el compromiso del país asiático frente al calentamiento global y el
cambio climático.
El país de la Gran Muralla, aspira a sembrar y conservar 70 mil millones
de árboles para el año 2030, según declaraciones recogidas por varios medios en
el Foro Económico Mundial Davos-Klosters, Suiza 2022, de un discurso
pronunciado por Xie Zhenhua, enviado especial de China para el cambio climático,
quien en ese mismo orden afirmó que esta meta se realizaría en un período de 10
años y que China ha incrementado su volumen forestal en los últimos 30 años y
que este país representa el 25% de las nuevas zonas verdes del mundo.
El firme compromiso del país asiático en su lucha contra la
desertificación y el cambio climático, no escatima esfuerzos, esto ha permitido
que el ambicioso programa de reforestación, conservación foresta y ecosistemas,
haya ido sobrepasando las metas de cumplimiento en fechas y cantidad de árboles
plantados. El canal de noticias chino CGTN en español, en una publicación del
01 de febrero 2025, arroja los siguientes datos oficiales:
“China plantó 4,45 millones de hectáreas de árboles y mejoró 3,22
millones de hectáreas de praderas en 2024, de acuerdo con datos oficiales.
El país también utilizó 2,45 millones de hectáreas de tierras
desertificadas el año pasado, y su cobertura forestal superó el 25 %, según se
reveló en una videoconferencia nacional sobre trabajos forestales y de prados.
Parte del esfuerzo consistió en una inyección de 32.000 millones de
yuanes (unos 4.460 millones de dólares) en el Proyecto de la Franja Forestal
Protectora de los Tres Nortes, reconocido como el más grande programa de
forestación del mundo que busca hacer frente a la desertificación en el
noroeste, norte y noreste chinos. La financiación apoyó 287 proyectos y 58
bases de viveros.
Los espacios verdes urbanos crecieron, con el 43,32 % de las zonas
edificadas en las ciudades ahora cubiertas por vegetación, y el espacio de
parques per cápita alcanza los 15,65 metros cuadrados.
Más de 200 ciudades han obtenido hasta ahora títulos de "Ciudad
Forestal Nacional", mientras que la cobertura vegetal en los poblados
llegó al 32,01 %.
El valor total de la producción de su industria forestal y de pastizales
superó los nueve billones de yuanes, lo cual significa que China es el mayor
comerciante, productor y consumidor mundial de los principales productos
forestales, detalló la administración”.
El éxito alcanzado por China y reconocido por Naciones Unidas, la ha
convertido en la nación que ostenta la primacía mundial en reforestación y
según opiniones de analistas del tema, ningún país en la historia ha plantado
la cantidad enorme de árboles que ha sembrado el país de las Pagodas y la
Ciudad Prohibida.
MAPA QUE MUESTRA EL CRECIMIENTO FORESTAL DE
CHINA FRENTE A OTROS PAISES
“China lidera el crecimiento
forestal en términos de superficie terrestre, habiendo incrementado sus bosques
en casi 243,000 millas cuadradas” (E. S.).
Y es que, según las propias palabras de su presidente, Xi Jinping, al
pronunciar un discurso sobre el tema en septiembre del 2021 ante la Asamblea General
de la ONU, la nación asiática debe "acelerar la transición hacia una
economía verde y de baja emisiones de carbono" y las acciones que se han
enunciado a lo largo de este trabajo confirma que lo dicho más que un discurso,
es un claro compromiso de Estado para la neutralidad de emisión antes del 2060.
De manera que, el país de Mao tiene plena conciencia de la importancia de
transitar hacia el desarrollo sostenible, porque como dijo Xi, al enviar un
mensaje de felicitación por la quinta entrega del Evento Nacional por la
Celebración del Día Mundial del Medioambiente en el 2023: "En la nueva
expedición para la construcción integral de un país socialista moderno, todo el
Partido y todo el país deben mantener la firmeza estratégica en cuanto al
fortalecimiento de la construcción de una civilización ecológica integral
del desarrollo económico y social, y coordinar el tratamiento de la
contaminación, la protección ecológica y el afrontamiento del cambio climático".
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