China salvó a Marx y Popper a entenderlo
Una colaboración para Cendoesch del economista Haivanjoe NG Cortiñas.
A propósito del 200 aniversario del nacimiento de Carlos Marx en el 1818, Xi Jinping dijo que: “ China seguirá esgrimiendo el estandarte del marxismo…el maestro de la revolución para el proletario y la clase trabajadora de todo el mundo…el explorador del comunismo internacional y el pensador más brillante de los tiempos modernos”
Todo el que ha leído algo sobre Karl Popper lo reconoce como un liberal consumado, un crítico del marxismo, entre otras cosas. Su gran aporte a la epistemología fue la demarcación para hacer ciencia, indicando que, todo lo que es verificable debe ser refutable, bajo la falsación, a sabiendas de que no hay un número de observaciones que puedan confirmar un enunciado universal.
Aunque resulte paradójico, con Popper
se puede someter a prueba la validez de las ideas marxistas, evaluando los
resultados que ha tenido China y su sistema socialista en los campos económico,
social y tecnológico. Auxiliado por el
método de la falsación, se puede desmitificar expresiones que aparecen en
innumerables publicaciones, tales como: el colapso del comunismo, el fin del
socialismo, el comunismo, historia de una ilusión, el fracaso del marxismo, el
socialismo y la doctrina que lo soporta son cosas del pasado y de intentos
fallidos.
Desde la perspectiva popperiana, con solo presentar un hecho respaldando una refutación a la hipótesis o negando una creencia generalizada, resulta suficiente como para no descartarla y darle al menos la posibilidad de estudiarla. Ese es el caso excepcional de China y su éxito como sistema político, que permite apreciar que los juicios de valores precedentes estaban equivocados.
Mientras otras naciones iniciaron y en
algunos casos avanzaron en la construcción de una sociedad socialista, estas no
pudieron alcanzar al éxito y colapsaron, abandonando la ideología marxista como
soporte a su sistema político. Otras, continúan aferradas, pero
muestran evidentes niveles de dificultades que hace alejar a la población de niveles básicos de satisfacción y progreso.
En ocasión del 100 aniversario del
Partido Comunista Chino, podría
resultar de interés
apreciar si los resultados experimentados por ellos ayudan a salvar a Marx en
lo relativo a su interés de construir una sociedad comunista, teniendo como
antesala al socialismo. El referido aniversario se produjo el 1 de julio de
2021, fecha en la que se conmemora su primer centenario, luego de que en 1921,
en Shangai, se produjo su reunión de constitución y fundación.
China ha tenido que recorrer un largo
camino, en muchas ocasiones más pedregoso que llano, tránsito que le representó
grandes desafíos para pasar de una de las naciones
más empobrecidas del mundo a ser la segunda economía más
grande del planeta, la primera en el comercio mundial, al representar el 25.0%
y también la primera como receptora de inversión extranjera directa, con US$
163,000 millones en 2020.
La economía
china en el pasado crecía y se modernizaba, pero se mantenía aislada del
comercio mundial, razón que la llevó a emprender acciones para ser admitida en
la Organización Mundial de Comercio en el 2001. Para lograrlo tuvo que
previamente permitir ser una economía de mercado en convivencia con la
planificada, generando una economía mixta, en donde el Estado continúa interviniendo
en la producción y en la regulación, al tiempo que existe propiedad privada y
colectiva, con libertad de inversión extranjera.
Con la diversificación de los
mercados, China le sumó a su estrategia de desarrollo y logró estar presente en
el comercio mundial, desplazando a otras economías y constituyéndose en la
primera potencia comercial del mundo, con una participación en el comercio
internacional global de un 13.0 % y 12.0 % de las exportaciones y las
importaciones totales, respectivamente.
Las políticas
públicas en el gigante asiático, con
una población de más de 1,411 millones de habitantes y
con la mayor densidad poblacional del mundo, se constituyeron en flexibles,
creando el estilo de socialismo hecho en China, con capacidad exportadora, que permite
que casi en todo el planeta haya un pedacito de china en sus casas y locales
comerciales.
El país con mayor población en el
mundo, además de sus altos niveles de crecimiento económico, que en ocasiones
alcanzaron los dos dígitos, propició que sin importar su condición de rural o
urbana, la población en forma progresiva, ingresara al consumo comercial,
potenciando la expansión
económica, al tiempo de elevar la calidad
de vida. Una parte importante de la población china es capaz en forma simultánea
de consumir, ahorrar y endeudarse.
En términos
de progreso social, China ha logrado en el 2021 erradicar la pobreza extrema de
su territorio, sacando de esa condición a 770 millones de personas desde que se
implementaron las reformas y la apertura. La erradicación de la pobreza extrema
se logró antes de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, establecido por las
Naciones Unidas para el 2030.
De manera que, China pasó de vivir en
pobreza extrema generalizada, a tener garantizadas sus necesidades básicas, y
ahora sus ciudadanos llevan una vida modestamente acomodada, afianzando la
materialización de lo que ellos denominan el sueño chino.
China ha solidificado el crecimiento
económico, basado en un sistema industrial moderno, probablemente el más completo
del mundo. El PIB de China asciende a US$ 15,470 billones, el segundo más
grande del planeta y al aportar el 18.0 del PIB mundial, también se constituye
en el segundo del planeta. En la misma línea, el PIB per cápita en 1961 era de
US$ 75.80 y al 2020 de US$ 10,500. En China, se ha formado el grupo de renta
media más grande del mundo, con más de 400 millones de personas.
Además, China ha establecido el sistema educativo, médico y de seguridad social más grande del planeta. En la salud cubre al 95.0 % de su población, en educación, la política pública hace subordinar la vida a la educación durante el tiempo escolar, con una jornada escolar de 8 horas diarias, en cuanto al seguro de vejez cubre al 93.0 % de la población, cohabitando con los seguros médico, de desempleo, maternidad y accidentes laborales.
En términos tecnológicos, China estableció la estrategia
conocida como “tecnonacionalismo”, donde el Estado planifica la
inversión en investigación y desarrollo junto a grandes empresas tecnológicas privadas
para reducir la dependencia del extranjero. Ese vínculo ha permitido que lidere
la tecnología 5G y ya crea las bases para una nueva generación, la 6G.
En el camino hacia el desarrollo
tecnológico, China ya lidera los artículos de opinión científica de
inteligencia artificial, de las 15 mayores empresas digitales del mundo, 6 son
de capital chino, el 45.0 % del valor comercial electrónico se concentra en el
referido país y, lidera el comercio al detalle sin uso de efectivo
China también se suma a las naciones
líderes en la industria espacial, recientemente ha puesto un vehículo róver
en Marte, ha traído rocas lunares y hace algunas semanas envió tres astronautas
como parte de los trabajos para la construcción de una estación espacial.
Todo indica que China sentó las
bases para fortalecer cada vez más
sus logros en materia económica, social y tecnológica,
lo ha alcanzado bajo la sombrilla del socialismo; además, llegó para quedarse,
de manera que, el caso chino resulta suficiente como para afirmar que el
socialismo y el marxismo no están derrotados, que China sacó la cara por ellos,
salvando la doctrina de Carlos Marx, utilizando en esta opinión, la lupa
metodológico de la falsación popperiana, que permite objetar con respaldo que
el socialismo no está muerto.
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