Por Mihail García.
El pasado 22 de octubre el Partido Comunista de China (PCCh), ratificó como Secretario General al Presidente Xi Jinping, lo que le asegura volver a ser presidente de la nación asiática.
Xi, será, luego de Mao y Deng, el único mandatario chino que ocupa la silla presidencial por 3 ocasiones consecutivas.
El PCCh también aprobó el informe que presentó el lider del gigante de asiático, en donde además de señalar los logros obtenidos hasta ahora, se sientan las bases del proceso de desarrollo y progreso por los que deberá transitar China de cara al próximo lustro.
Como en todo, Xi Jinping, empezó por apostar a la chinización del Marxismo como base teórica para impulsar la nación y para ello dice que la actualización de la teoría marxista debe construirse persistiendo en la supremacia del pueblo, en la autoconfianza y autosostenimiento, en la preservación de principios fundamentales y la innovación, en tomar la resolución de los problemas como rumbo orientador. Por igual, insistiendo en que también hay que persistir en la visión sistémica del Estado y tener en cuenta al resto del mundo.
Por ello, Xi destacó, entre los puntos nodales de su misión hacia el futuro, la culminación de la construcción integral de un poderoso país socialista moderno.
Una modernidad que se sustentará en la armonia material y espiritual; en la coexistencia equilibrada entre el ser humano y la naturaleza; en el desarrollo pacífico, entendiendo por esto que China no seguirá el camino de la "...guerra, colonización, saqueo y demás.."; en fin, para Xi, la modernización del país asiático debe darse en la búsqueda de la prosperidad común y futuro compartido de la humanidad.
Está claro que ante tan ambicioso plan hay escollos que sortear, razón por la que Xi pide a sus compañeros "persistir en la Dirección del PCCh, perseverar en el socialismo con peculiaridades chinas, lograr un desarrollo de alta calidad, desarrollar la democracia popular del proceso entero, enriquecer el mundo espiritual del pueblo, materializar la prosperidad común de todo él..."
La conjunción y cumplimiento de estas peticiones realizadas por el presidente Xi garantizarán que al 2035 se logre dar un salto sustancial en lo económico, científico y tecnológico.
En ese sentido, el mundo estaría ante la presencia de una China con avances de innovación invaluable que redunden en beneficio de la sociedad y los conviertan en un país "... moderno, poderoso y situado a la cabeza en fortaleza nacional integral e influencia internacional a mediados de siglo".
No cabe dudas de que, la visión actualizada y ajustada a las particularidades del contexto actual y sus perspectivas de futuro, presentadas por Xi Jinping ante los miembros del XX Congreso del Partido Comunista de China, dejan claro que el gigante asiático seguirá constituyéndose en un Estado prospero, moderno y equitativo para sus ciudadanos, y quizás, en el principal actor del tablero geopolítico global durante los próximos años.
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