El tercer foro de la Franja y la Ruta
Por Manolo Pichardo.
El día 18 del presente mes el presidente chino, Xi Jinping, dejó abiertos, en Beijing, los trabajos del tercer Foro de la Franja y la Ruta, un evento que reunió a jefes de Estado y de Gobierno, a políticos de distintos niveles; a intelectuales, académicos y periodistas de más de 90 países, además de funcionarios de organismos internacionales que discutieron de manera abierta sobre la necesidad de la cooperación internacional, en medio de un mundo en franca recomposición en el que afloran nuevas alianzas estratégicas que, en el caso de los países que son parte del sur global, apuestan a la definición de relaciones que articulen acuerdos en los que los beneficios sean compartidos.
El mandatario oriental al dirigirse a los asistentes al acto inaugural, y bajo un discurso que tituló “Construcción de un mundo abierto, inclusivo, interconectado y de desarrollo común para todos”, dio a conocer, a propósito de cumplirse 10 años en que lanzó este proyecto que emula la antigua Ruta de la Seda, los ocho pasos principales que el país de la Gran Muralla dará para apoyar la construcción conjunta de la Franja y la Ruta, la que entrará en una nueva etapa de alta calidad con miras a hacer infatigables esfuerzos para que la modernización se materialice por igual para todos los países que integran el circuito que se extiende por el mundo creando una alternativa basada en la cooperación y el beneficio mutuo que va dejando en el pasado las imposiciones del más fuerte.
Esta nueva versión de la Ruta de la Seda tiene como objetivo mejorar la conectividad, apostando al impulso de obras de infraestructuras que mejoren el comercio, faciliten el flujo financiero, la colaboración científico-técnica, e incluso, el fomento de intercambios culturales que acerquen los pueblos; un elemento importante para la generación de confianza que coadyuve al establecimiento de diálogos que conduzcan a la cooperación. Refiriéndose a estos fines, el mandatario chino manifestó en su discurso que “a lo largo de estos diez años, somos fieles a esta aspiración original. Gracias a nuestros esfuerzos aunados, la cooperación internacional de la Franja y la Ruta ha despegado, se ha desarrollado con pujanza y ha cosechado resultados fructuosos”.
Y, en efecto, como afirmó el presidente Xi, el proyecto de la Franja y la Ruta “ha despegado”, pues más de 150 países de Asia, Europa, América Latina, el Caribe y África se han adherido al ambicioso circuito, al que se han sumado también 30 organizaciones internacionales, todos atraídos por la oferta de una iniciativa marcada por una cooperación abierta, verde, limpia, sostenible y, sobre todo, teniendo como objetivo central al pueblo, a la gente, porque la nueva versión de la Ruta de la Seda, no tendría razón de ser si no tiene como fin mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.
Como testigo de la actividad, disfruté de los debates y discursos que no dejaron escapar el desgarrador conflicto que se escenifica entre Palestina e Israel y que motivó a los participantes a reflexionar sobre la necesidad de que impere el diálogo, partiendo de que este es premisa esencial para alcanzar la paz, y la paz a su vez es premisa que crea las condiciones para la cooperación que puede conducir al desarrollo de los pueblos. También disfruté de la puesta en escena de toda suerte de artistas que llevaron a las “tablas” un relato cuasi gráfico de los frutos de la implementación del proyecto de la Franja y la Ruta en países pobres a los que les ha cambiado la vida.
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